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SANTA CLARA

2017

Entrevista con Raquel González:

Jefe de enfermeras del área de salud mental del hospital Santa Clara de Bogotá.

 

Por: Johana Lorena Contreras Miranda

Raquel Gonzalez jefe de enfermeras del área de salud mental del hospital Santa Clara, más específicamente  del área de mujeres nos cuenta algo de la labor tan importante que realiza en esta institución.

 

La unidad de salud mental como tal es un área clave para trabajar en enfermería siempre y cuando el personal (tanto profesional como auxiliar) disfrute el trabajo en el área teniendo en cuenta que los pacientes son completamente diferentes a pacientes que asisten por enfermedades sintomáticas u orgánicas y que además son conscientes de su enfermedad; los pacientes que manejamos aquí no son conscientes de su enfermedad y además poseen enfermedades que prevalecen desde su primera aparición hasta prácticamente el final de la vida del paciente; ocasionalmente se dice que desaparecen pero lo que sucede realmente es que se atenúan gracias al uso de los medicamentos que se tienen para tratar a este tipo de pacientes, pero no desaparecen.

Personalmente  me gusta mucho estar en los hospitales y con estos pacientes siendo un poco complicados y difíciles son pacientes con los que se trabaja bien en medio de todas las cosas que se presenta con ellos, a veces es un poco triste analizar las situaciones y as vidas de ellos, pero igualmente uno se siente satisfecho en el momento en que sale para su casa con la intención de seguir el tratamiento

aunque seamos conscientes de que va a regresar, así pues nosotros en la unidad los esperamos.

Fotografía tomada de Proimágenes Colombia, comisión fílmica.

Para nosotros como profesionales de la salud son pacientes con enfermedad mental; la gente comúnmente   los llama locos y utilizan un término muy despectivo para la unidad de salud mental que es “manicomio”, es lo mismo, pero a mí me gustaría que la gente tuviera más conciencia a la hora de referirse a los pacientes que padecen estos problemas mentales.

 

Un día de trabajo normal yo recibo el turno a la compañera del turno anterior para conocer y saber exactamente cómo ha sido la evolución del paciente en las 6 horas anteriores, ella me da un reporte de cada una de las actividades y de lo que el paciente ha presentado en este tiempo. También soy la encargada de administrar los medicamentos a los pacientes porque se debe tener conocimiento del profesional de enfermería, los auxiliares por ejemplo no pueden realizar esta tarea.

Los auxiliares están encargados del manejo y control de los pacientes, nosotros los jefes (como dije anteriormente) administramos los medicamentos y posteriormente realizamos una ronda, que consiste en hacen un ejercicio de observación cada 60 minutos para poder evaluar la condición del paciente.

 

El momento en el que un paciente nos hace crisis nosotros en el hospital contamos con un sistema de conexión a través de un timbre, el quipo de turno ya conoce las tácticas que debemos utilizar y en el momento en el que el paciente nos intenta agredir lo inmovilizamos de cuatro puntos (manos y pies) si es muy difícil controlarlo también lo inmovilizamos en un quinto punto (tórax), en ese momento el psiquiatra ordena administrarle un esquema que consiste en una ampolla de Midazolam y una de Haloperidol, lo que hace que el paciente entre en somnolencia rápidamente y pueda calmar los ataques de agresividad y hostilidad.

 

Según las teorías psiquiátricas existentes, se ha concluido que la gran mayoría de estas enfermedades  son de carácter hereditario, es decir los pacientes ya tenían en sus genes este tipo de alteración, como segunda instancia, los pacientes aumentan en gran medida por problemas de drogadicción, alterando el orden neurológico y causando daños irreversibles.

Nosotros en esta unidad de salud mental del hospital Santa Clara tenemos actualmente 30 pacientes hombres y 26 pacientes mujeres en el área de psiquiatría y en el CAD (Centro de Atención a la Drogadicción) tenemos 32 pacientes hombres y 14 pacientes mujeres que son muy pocas para la gran cantidad de personas afectadas neurológicamente a nivel Bogotá.

 

Las poblaciones que más encontramos son jóvenes y adultos maduros, sin embargo tenemos también adultos mayores y niños en menor medida, yo considero que esto es porque las enfermedades mentales en la infancia no se detectan a tiempo y la juventud no es consciente ya sea por falta de guía o desinterés del daño que se hacen.

 

La marihuana, por ejemplo al igual que cualquier otra sustancia lleva a largo plazo a problemas neuronales, aunque no tan serios como lo hacen la cocaína, la heroína o el bazuco (que en esta unidad es el más concurrido). Además recientemente han aparecido cualquier tipo de sustancias con todo tipo de daños a corto plazo.

Uno de los casos que más ha marcado mi trayectoria en el área de psiquiatría es de una joven de 26 años, la conozco aproximadamente 3 años , cuando ella ingresó tenía el problema de consumo  de drogas desde hacía aproximadamente 18 años, con ella se trabajó bastante y luego de un año logramos que accediera a ir a un centro de rehabilitación ubicado en La Mesa (Cundinamarca), permaneció allí un año y medio pero cuando ella salió de la institución ya presentaba problema pulmonar, ella había perdido casi el 60% de uno de sus pulmones y gran parte de su dentadura, después de ese tiempo cuando nosotros creíamos que se había recuperado, su padre le regaló cajas dentales, nosotros ropa y vimos que era muy alegre, muy optimista, con un proyecto de vida y metas que nosotros logramos creer que eran realidad.

 

De pronto esta chica desapareció de la institución, no supimos más de ella y lamentablemente a los seis meses re ingresó ella nos contó que estaba en la calle del Bronx, allí extravió sus cajas dentales y tenía un trombo a nivel de la arteria radial, ella por seguir consumiendo no observaba que sus dedos se tornaban necróticos y posteriormente su mano, ella no prestaba atención por seguir consumiendo, de pronto pidió a la policía que la trajeran a la institución para ser tratada pero lamentablemente ya no había nada que hacer frente a esa mano y fue necesario amputarla, por consiguiente hoy esta paciente la tenemos en el servicio pero es lamentable que tan solo con 26 años ella ya no tenga prácticamente uno de sus pulmones, ninguno de sus dientes y ahora amputada la mano izquierda;  ella ahora llora y se lamenta pero yo les puedo asegurar que apenas ella encuentre la oportunidad de salir de acá volverá nuevamente a consumir.

 

La jefe Raquel me pidió que hiciera un llamado de atención a los jóvenes para que tengamos esta historia presente y  midamos las consecuencias de nuestros actos, yo, personalmente, le agradezco por su tiempo, su gran amabilidad y sobretodo por la labor que realiza, que aunque ignoramos en la mayoría de ocasiones, es muy importante para mantener nuestra sociedad.

Agradecimientos especiales al hospital Santa Clara de Bogotá, específicamente al área de la salud mental y psiquiatría y a Raquel González, jefe de enfermeras del sector de mujeres de dicha entidad.

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